Estudio Nielsen: cómo está impactando en el consumidor latinoamericano el coronavirus

Stock de productos esenciales para unas tres semanas en promedio. Alimentos, elementos de limpieza y materiales de seguridad como mascarillas se convierten en lo más buscado. Los NSE más bajos privilegian los precios en comercios de cercanía, mientras las plataformas de aplicaciones móviles aprovechan una enorme oportunidad para desarrollarse en la región.

A principios de marzo, los consumidores de América Latina esperaban poder evitar lo peor del impacto causado por el nuevo brote de coronavirus (COVID-19). Sin embargo, en sólo tres semanas, el número de infecciones conocidas aumentó exponencialmente, extendiéndose a todos los países de la región. Un reciente estudio de Nielsen de 13 mercados latinoamericanos encontró que el 76% de los latinos están ahora preocupados por el COVID-19, y el 51% estima que está aquí para quedarse durante los próximos cuatro meses o incluso más.

Cambia el comportamiento de consumo y los desafíos de los minoristas

Como en todo el mundo, los consumidores latinoamericanos han cambiado drásticamente sus hábitos de compra en medio de la pandemia, con grandes aumentos en las compras de alimentación y limpieza. Según datos del panel HomeScan de Nielsen, el 50% de los hogares brasileños, mexicanos y colombianos dicen que tienen una amplia reserva en la despensa en categorías particulares para al menos tres semanas.

Además, el estudio de Nielsen destaca cómo los consumidores están comprando más en la mayoría de las categorías como resultado de la pandemia. Por ejemplo, más del 50% de los consumidores afirma que han aumentado sus compras en categorías como los antisépticos o las mascarillas, mientras que también se están abasteciendo de algunas categorías de alimentos, como salsas y condimentos (45%), alimentos listos para comer (42%) y productos larga vida (por ejemplo, los enlatados {33%}) a medida que los consumidores adoptan la “economía doméstica”.

La mayoría de los consumidores en América Latina tienen menos dinero en sus bolsillos y se están volviendo cada vez más cautelosos en cuanto a los gastos futuros. Están viviendo día a día y no tienen demasiados fondos adicionales para abastecerse a futuro. A medida que continúen las restricciones de movilidad y los negocios permanezcan cerrados, los consumidores se preocuparán cada vez más por garantizar su salud y el suministro de alimentos. Es probable que estos consumidores limitados se dirijan a lugares de compra pequeños e informales que ofrezcan predominantemente precios bajos y pequeños desembolsos (por ejemplo, mercados callejeros, comercio tradicional, tiendas de descuento, cash and carry y mayoristas) para satisfacer sus necesidades cotidianas. Por ejemplo, en México, el 66% de los hogares de bajos ingresos dicen abastecerse en los puntos de venta tradicionales y el 30% en los mercados callejeros. Comparativamente, el 80% de los niveles socioeconómicos más altos hacen sus compras en los supermercados.

Cercanía al cliente, oportunidad de negocio

También se ve que los consumidores latinoamericanos dependen cada vez más del comercio tradicional a través del aumento de sus compras en los puntos de venta tradicionales (el canal de comercio tradicional representa más del 50% de las ventas totales en América Latina).

Según el informe, los minoristas del comercio tradicional tienen la oportunidad de adaptarse y sobrevivir a la pandemia; al hacerlo, tienen la posibilidad de aprovechar los puntos fuertes que ofrece el canal: la proximidad a los hogares de los compradores; un surtido de productos que satisface las necesidades limitadas de los consumidores en paquetes más pequeños y con menor gasto de bolsillo. Pero deben abordar su tradicional mezcla de surtido de productos de conveniencia sobre la marcha ampliando su oferta a categorías más esenciales y básicas (por ejemplo, alimentos envasados, productos de cuidado personal y de limpieza). Los minoristas del comercio tradicional que puedan sobrevivir y prosperar durante COVID-19 podrán fortalecer las relaciones con los mayoristas y fabricantes con o sin distribución directa.

Este escenario presenta una oportunidad para que los mayoristas, fabricantes e incluso los minoristas mejoren sus relaciones con los propietarios del comercio tradicional proporcionando líneas de crédito adicionales o facilidades de pago, servicios de distribución, paquetes exclusivos para este formato y también asociaciones con distribuidores de productos de gran consumo o incluso plataformas en línea. Las tiendas tradicionales ofrecen un salvavidas a millones de familias de bajos ingresos en la región; por lo tanto, apoyarlas durante este período podría ser una gran oportunidad para fidelizar esta clientela.

Afirma Oscar Cabrera, jefe de Nielsen Analytics en América Latina: «Esto representa una oportunidad clave para que los fabricantes, los minoristas y las aplicaciones de entrega como Rappi o Cornershop, amplíen sus opciones de entrega y capturen este enorme mercado; replanteando la estrategia de su cadena de suministro para incluir la cobertura de las tiendas comerciales tradicionales mediante herramientas de segmentación para impulsar los esfuerzos en las tiendas adecuadas».